sábado, 12 de agosto de 2017

A las ricas conservas
To the rich conserves

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Hoy, vamos a cualquier supermercado, y tenemos en sus estanterías, gran variedad de productos, y de lugares muy distantes, pudiendo disfrutar de frutas, vegetales, cuando en nuestra tierra no es su temporada, gracias a las mejoras en los medios de transportes y en los sistemas de refrigeración, si nuestras abuelas y bisabuelas, supieran que hoy no sería necesario poner las castañas en el ciebu (maderas entrelazadas encima del llar o cocina tradicional asturiana) para secar, o para cocinar fabas, no es necesario usar la faba seca, dado que hoy se recogen y no hace falta dejarlas secar en los corredores y después mayar (separarlas con golpes del manal (2 palos largos y grueso, unidos con tiras de cuero en las puntas, aunque en ocasiones también uso armamentístico en las romerías) la faba de la vaina), simplemente se sacan de las vainas y al congelador, y además evitas el ponerlas a remojo el día anterior, ya sé que los puristas dirán, que la buena fabada se hace con faba seca, aunque allá por el s. XIX eso de la fabada, sonaría a chino por los pueblos de Asturias, bastante hacían aquellas mujeres con economizar los productos que daba la tierra para que durarán todo el año, esas sí que eran economistas. Ay si ellas hubieran conocido las neveras y los congeladores, iban a estar dándole palos y después echándolas al aire con cribos, o curando la carne con el humo, para que durara todo el año.