lunes, 28 de noviembre de 2022

2 reales para el hospital
2 reales for the hospital

 
Eran las ocho y cuarto de la noche, en la calle Atocha de Madrid, frente al Colegio de cirugía San Carlos, como buen 26 de noviembre, gran parte de la jornada había estado nublado, había soplado viento desde la Sierra, ese viento Norte que hacía al termómetro bajar de los 6º C, y habían pasado casi cuatro horas desde la puesta del sol, la iluminación era tenue a pesar de los nuevos reverberos, que hacía cuatro años que se habían instalado como nuevo alumbrado público, no eran lo suficientemente potentes para evitar la ocultación de los mal intencionados, como demostraba la publicación del Ayuntamiento, en la que pedía a los propietarios de los edificios con puertas de entrada oscuras, la mayoría, las pintaran de blanco; probablemente de regreso a su casa, se encontraba en aquel punto, Félix Álvarez.Félix, asturiano, había nacido en Ventosa; en Asturias hay dos Ventosas, una es una de tantas aldeas situadas en las cimas de las sierras del Occidente Asturiano, en San Martín de Oscos, quizás usaste el camino de herradura que en invierno estaba casi intransitable que iba desde Lugo a Oviedo y después por Pajares, aunque para ir a la capital de España, por quizás ser más corto, te dirigiste hacia Cangas del Narcea, y coger el camino de herradura que a través del puerto de Leitariegos llevaba hasta León, pero no te he visto entre los bautizados de la parroquia de San Martín de Oscos a la que pertenece Ventosa; y la otra Ventosa es además de pueblo, es parroquia, en las tierras de Candamo, también en una loma cerca del puerto de la Reigada (que separa Candamo e Illas), y quizás en este caso usaste la ruta para ir a Madrid por Pajares, o quizás decidiste irte al cercano puente de Peñaflor (Grado) e iniciar allí ruta por el antiquísimo camino de la Mesa, que llevaba a Astorga (León) y que los Romanos hicieron vía importante, que ya usaban los Astures. No sé si te acordaras, en los años 1815 y 1824, se dio orden de hacer censos que llamaban padrones de calle hita, en este caso del Concejo de Grado, ya que en aquella época las tierras de Candamo no eran concejo, pertenecían al de Grado, en los recogidos en la parroquia de Ventosa, no aparecía ningún varón Álvarez que tuviera un hijo llamado Félix. 
Fuiste uno de tantos asturianos, que habían emprendido camino a la Corte (Madrid), todavía no estaba tan enraizada en Asturias la salida para América, era el año 1839. Unos iban a obtener sustento, y otros a obtener unos reales para volver y hacerse cargo de la casa familiar. Parece que Félix fue de los primeros, estaba casado, de esto deduzco que el matrimonio vivía en Madrid, aunque no era extraño haber dejado a su esposa en Asturias, pero eso solía pasar más con algunos que se fueron a América, con aquellos que iban a Madrid y volvían al pueblo, algunos párrocos asturianos, en el asiento de matrimonio especificaban, que además de las respectivas proclamas que se hacían en las parroquias de los novios, el novio había estado en la Corte. ¿Quién sabe?, si fue el caso, que narraba el periodista Antonio Flores, de un asturiano que se fue siendo joven a Madrid, por el camino iba pidiendo limosna y con los zapatos al hombro, una vez allí, aprendió el oficio de su tío, aguador, hizo un poco de dinero y se volvió al pueblo para comprar unas vacas, casarse y volverse a su negocio en Madrid, dejándola a ella en pueblo. No solo llevaba agua a algunas casas, se encargaba de las compras, además admitía sobrantes de comida, parte la comía sin calentar y el resto la vendía a otros paisanos e incluso a bodegones; por si no fuera poco, cuando todavía Madrid dormía, los aguadores tenían las llaves de la mitad de las casas para llenar las tinajas, y jamás ocurrió un robo, ni intentado, ni consentido por ellos, eso dice Antonio, añadía que eran de oído duro, para acudir con agua al sonido de fuego por parte de las campanas, y para terminar decía, que la industria de la sisa era un sello original de los asturianos, que él lo resume en comprar barato y vender caro. Los asturianos no tenían buena prensa, una de las causas eran los habituales altercados entre los asturianos, por ejemplo, en las fuentes de Madrid, ya que la mayoría de aguadores eran asturianos, y no era raras las peleas entre ellos, aunque en alguna ocasión la prensa se apiadaba de ellos ante algún rumor que corría por las calles:

La Nación (Madrid), 03/07/1851

La Nación (Madrid), 04/07/1851

Los aguadores eran elementos fundamentales en aquellas urbes decimonónicas, donde escaseaba el saneamiento, y la traída de agua a las casas era casi inexistente, era un oficio que se obtenía comprando la plaza o bien al ayuntamiento o bien a un aguador anterior. En Madrid, el Canal de Isabel II se creaba por R.D. de 18/06/1851.
Existían otras profesiones a las que se dedicaban los asturianos en Madrid, aparte de políticos, diputados incluso por circunscripciones fuera de la provincia de Oviedo, fue una época de gran influencia de los asturianos en la política nacional, llegando varios a ministros, esto también acarreaba la llegada a Madrid de asturianos buscando un puesto en la administración del Estado, cosa que producía críticas desde una parte de la prensa madrileña. Pero la mayoría se dedicaban a tareas más vulgares, serenos, amas de cría, servicio doméstico, cocheros, hablando de estos últimos, esto decía el corresponsal en La Coruña del Español en octubre de 1845, “…Sepan ustedes, pues, y sepa todo el mundo, que los mozos de paja y cebada, es decir, que llaman de paja y cebada, no vayan ustedes a creer que los tales mozos son hechos de paja y cebada; los de cordel, los cocheros y los aguadores que hay en Madrid, no son gallegos, sino asturianos, si señores, asturianos. ¿O se creen Ustedes que todos los hijos de Asturias están en los ministerios en las oficinas de la nación? Pues no señores, no es así, porque aun cuando es una provincia que puede cobijarse debajo de la sombra de un hongo, tiene mucha gente y da para todo. Tómense ustedes sino la molestia de hacer indagaciones sobre este particular, y se convencerán ustedes de la exactitud de esto, y de que la tierra clásica de los aguadores y comparsa es Asturias….”.
Bueno, pues aquellos asturianos, en aquel Madrid, seguro que de vez en cuando echaban de menos un buen par de madreñas. No todo eran buenas calles, un ejemplo era la calle del pez, por la que pasaba un arroyo, que cuando se producían lluvias copiosas, se necesitaba una lancha para atravesarlo, en aquellos tiempos los asturianos intentaban sacarse un dinero, haciendo un pontón de madera, y cobrando el paso a 8 maravedíes (1 real eran 34 maravedíes, 1 peseta 4 reales), cuando los transeúntes se negaban al pago, ¿qué hacían los asturianos?, quitaban el pontón y a esperar que las aguas bajaran. O también podían desear usar madreñas, cuando iban al lugar de recreo por excelencia de los asturianos en la villa y corte (Madrid), la arboleda de la Virgen del Puerto, a la orilla del río Manzanares; donde algunos iban con intención de bañarse en unas aguas que algún periódico calificaba de aguas más cenagosas que claras, para llegar allí había que bajar unas escaleras desde el campo del Moro. Escaleras que la mayor parte de las veces estaban intransitables. La afluencia era numerosa cada 8 de septiembre, acompañada de gaiteros. Quién sabe si la Reina Isabel II, se asomaba por alguna ventana del Palacio Real, para escucharlos Lo que ya era casi una tradición es que en el final de fiesta hubiera garrotazos, las crónicas de la época, se referían que el comienzo de la pelea era debido a la exaltación de los concejos de procedencia de cada grupo de jóvenes.
¿Quién sabe?, si el joven Félix, tenía 24 años, asistió o participó en alguna de aquellas peleas, lo que es claro es que aquel día de noviembre él recibió los garrotazos, por parte de otro mozo Francisco de Diego, sin mediar palabra alguna, lo bueno es que estaban justo al otro lado de la calle de su lugar de trabajo, ya que el Colegio de San Carlos hacía unos años que se había trasladado a lado del Hospital y utilizado algunas de sus salas, con no pocas controversias entre los dos establecimientos; eran mozos en el Hospital General; ¿Cuál era la función de un mozo en un hospital? Conducir a las salas los utensilios necesarios, agua, alimentos, medicinas, ayudar a los practicantes y hermanos obregones a levantar enfermos para limpiarlos, hacerles la cama, variar posturas, cuidar del barrido y limpieza de las salas, llevar cadáveres al depósito, trabajos mecánicos, ayudar a los profesores. Félix sufrió 2 heridas después de recibir 4 palos en la cabeza y el brazo derecho, Félix ingresó en la cama número 2 de la sala de San José.

Vista de la calle Atocha tomada desde el Observatorio Astronómico del Retiro. 1857. Biblioteca Nacional

Álvarez fue uno de los 17.943 pacientes que atendió el hospital entre el 1 de diciembre de 1938 - 30 de noviembre de 1839, 10 años después el número de pacientes tratados fueron 3.479 menos, aunque aumentó unas décimas la mortalidad del establecimiento. El General era el mayor hospital de Madrid, no el único, estaban también el de San Juan de Dios, el de Santa Isabel, el del Saladero, y existía otro el Hospital de incurables de Jesús Nazareno, que no era hospital al uso, en realidad estaba dedicado a personas sin medios de subsistencia, que se encontraban baldadas, tullidas, imposibilitadas para manejarse solas, con enfermedades de la clase de incurables en aquellos tiempos, y admitía pacientes de las demás provincias del país. Los militares no tuvieron un hospital especifico en Madrid, hasta el año 1841, gracias a la iniciativa del Capitán General, que era asturiano natural de Gijón, Evaristo Fernández-San Miguel.
La situación de la atención sanitaria de Madrid cambia el 20 de diciembre de 1851, con el nacimiento de la Princesa de Asturias, María Isabel. El 2 de febrero de 1852, como marca la tradición iba a ser presentada ante la Virgen de Atocha, pero a la salida de la capilla real la Reina para dirigirse a la iglesia, sufrió el intento de asesinato por parte de un sacerdote, a los pocos días se publicaba un Real Decreto en el que la Reina  decía al gobierno: “….Prosternada ante la Divina Providencia por su señalada protección y favores infinitos, mi corazón se halla conmovido ante las demostraciones de amor y lealtad que recibo a cada instante de mis súbditos. Estas demostraciones, sin embargo, pudieran concentrarse en un objeto que simbolizara de un modo permanente el carácter religioso y benéfico de los españoles. Con este fin deseo que el Gobierno tome la iniciativa para abrir una suscrición voluntaria cuyo producto se destine edificar uno o más hospitales en conmemoración del nacimiento de mi amada hija,….”, en el articulado se concretaba que los donativos irían destinados a la construcción de un hospital en Madrid o sus afueras, llevaría el nombre de Hospital de la Princesa, y si después de construido todavía quedaba dinero de los donativos, se tenían que utilizar en la construcción de otros 3 hospitales. La intención era sustituir al Hospital General; a los pocos días se producía la donación por parte de Andrés de Arango, de 15.000 pies cuadrados (+- 1.165 m2) en la en el barrio de Chamberi, la Reina colocaba la primera piedra, el 16 de enero de 1853, a la salida del Portillo de Fuencarral, que estaba en la actual calle San Bernardo – Glorieta de Ruíz Giménez. No fue el primer intento de homenajear a una Princesa de Asturias con un establecimiento de este tipo, en 1833 al hacer el juramento la propia Reina, Isabel II, un municipio de Mallorca, Sineu, ponía la primera piedra a un edificio que se titularía Hospicio y Hospital de la Princesa. Ya en esos momentos no se creía en la ejecución de otros 3 hospitales, se lo veía como un proyecto gigantesco.  
Por esas fechas ya se habían recogido casi la totalidad de los donativos de las distintas provincias, y entre ellos los de la provincia de Oviedo (era el nombre que recibía Asturias en la división territorial de España), podíamos decir que estuvo en el nivel medio de las aportaciones, la cifra final que parece que Asturias aportó fue de 33.292 reales y 14 maravedíes, tras revisar los boletines de la provincia, donde se iban publicando los distintos donativos, la suma que obtuve fue de 28.979 reales y 20 maravedíes. La generosidad asturiana fue desde todos los concejos de Asturias, en aquellos tiempos la provincia se dividía en 77 (hoy son 78, unos desparecieron Tudela, Ribera de Abajo, Leitariegos; y otros nacieron Degaña, Peñamellera se dividió en Alta y Baja, Tapia de Casariego, Villayón); Félix, Candamo aporto entre el Ayuntamiento y particulares 148 reales, San Martín aportó a pesar de ser pequeño y pobre, es verdad que no figura ningún particular entre los donantes, solo su Ayuntamiento como institución, donó 100 reales, que podemos decir que era la tarifa plana de los Ayuntamientos Asturianos, sin contar las aportaciones de alcaldes, concejales, empleados a título particular, la mayor parte de las donaciones fueron realizadas por hombres, el mayor donativo particular fue el del Gobernador, Miguel Vereterra y Carreño (Marqués de  Gastañaga) con 1.000 reales, y entre las mujeres el mayor fue el de Juana Antayo Heredia (Marquesa de Vista Alegre) 100 reales; aunque existe un caso especial, y es el de la Fábrica de Tabacos de Gijón, donde la casi totalidad de la plantilla eran mujeres, aportando 136 reales y 4 maravedíes, un 17 % de la aportación femenina. La aportación normal por parte de los asturianos fue de 2 reales. Félix, Cangas de Onis que algún que otro dolor te causó, aportó 478 reales.
El hospital fue inaugurado el 23 de abril de 1857, no sin alguna controversia en su construcción como dejó reflejado el médico y político malagueño Manuel Casado, al principio el Ayuntamiento de la capital, exigió un valor por terrenos cedidos, y supuso cierta merma de recursos para su construcción; el arquitecto se desvió un poco de los criterios médicos en su realización, se trataba de un edificio de dos plantas y hubo que buscar un sistema para subir las camillas de una a otra porque las escaleras eran estrechas, para ciertas escaleras y corredores se utilizó como elemento de construcción madera. En aquellos momentos los hospitales estaban formados por grandes salas donde se concentraban los enfermos. Según Casado se había pensado en 30 camas por sala con una separación de unos 0,8 m., para él totalmente insuficiente; estas salas tenían grandes ventanales, en el caso del de la Princesa unos 15 excesivos para el médico y que harían difícil mantener la temperatura adecuada en invierno; le sorprendió al médico que se hubiese hecho un cuarto para los enfermeros dentro de las salas, él era partidario de que el enfermero podía y debía dormir con los enfermos; tenemos que recordar que ese trabajo en esos momentos era de hombres, la participación femenina nace en esos años en la Guerra de Crimea, aunque en los hospitales si había personal femenino eran las hermanas de la Caridad. Aunque sorprende, dice el malagueño que “En vano hemos buscado un local convenientemente dispuesto y situado para sala de operaciones; en vano se trataría por su situación y figura de reconocer hoy la que a de servir para baños. El arquitecto parece haberse olvida lo mismo, ha escogido una bastante amplia, y con suficiente luz para el primer objeto, en la cual ha hecho una división, destinando una parte a las operaciones, y colocando en la otra una bonita estantería para conservar los instrumentos…”; además se quejaba del pequeño depósito de cadáveres y que parecía que se les ha olvidado anexionarle una sala de autopsias.
Las camas eran de hierro charolado, sin pintar, con taquilla en la cabecera y tablero de flejes, movible, cortinillas cerradas; hubo una primera subasta para su construcción de 300 camas. Acompañada de otra subasta pública de suministrar de 13.803 Kg. de lana blanca para los colchones.
Cuando Casado escribe sobre el hospital todavía faltaba un año para su inauguración Regia, pero el hospital recibió enfermos antes de dicha inauguración. Los enfermos que dicho día estaban ingresados tuvieron suerte, porque se repartieron entre ellos y sus familias 20.000 reales, donados por la Reina.
Los hospitales estaban destinados principalmente a las personas de menos recursos, que era una gran mayoría de la población, el resto sus tratamientos y curas las solían hacer en sus casas. Estamos hablando de la medicina de mediados del s. XIX, y dependían en la mayoría de los casos de Juntas de Beneficencia, bien municipales o provinciales.
La junta de beneficencia encargada de su construcción publicó a principios de marzo del 1857, que había sido necesarios 5.804.020 reales y 10 maravedíes y se había recaudado 5.810.570 reales y 3 maravedíes, el excedente para otros hospitales no fue mucho.

Hospital de la Princesa. Biblioteca Nacional

¿Todas estas cifras eran mucho dinero?, el presupuesto de Gastos del Reino de España en 1857, fue de 1.803.300.592 reales y el de ingresos de 1.807.631.400 reales, dentro de los gastos había una partida en el apartado de material dentro de Beneficencia, para establecimientos de Madrid 2.680.243 reales. 
Para comparar si el donativo asturiano fue importante, vamos a dar algún dato más, con esa cifra el Hospital Provincial de Oviedo podía pagar unos 7 meses los sueldos del personal, Félix ya sé que tú no oíste hablar de este hospital cuando vivías en Asturias, pero es que se creó en 1837 sustituyendo a tres anteriores, ocupaba el edificio del ex convento de San Francisco, aquellos que conozcan Oviedo, estaba situado en la parte baja del parque de San Francisco, frente a la plaza de la Escandalera, al comienzo de la calle Uría y al lado del actual Parlamento de Asturias que era donde estaba la iglesia gótica del convento; este establecimiento se nutría del cobro de las estancias de los enfermos, rentas tanto en grano como en dinero de fincas que poseía y que tenía repartidos por todas Asturias;, simplemente para hacernos una idea en 1853 saca a subasta el arriendo de casas, fincas, juguerias ( un tipo de parcelas en Asturias que tenían un especial arriendo), horreos, paneras en los concejos de Oviedo, Gijón, Llanera, Carreño, Corvera, Grado, Morcin, Nava, Ribera de Arriba, Ribera de Abajo, Salas, Sariego, Siero, Tudela y Valdés; también por la venta de dicho grano, del pago que recibía por censos que eran unos contratos que daban derecho a percibir una pensión anual, donativos, legados, limosnas. Félix, en Asturias, no había corridas de toros cuyos beneficios iban dedicados, como pasaba en Madrid a tu Hospital General, tampoco, no sé si eras mucho de jugar a las cartas, si te gustaba o no, una parte ínfima de la elaboración de naipes pagaba tu sueldo, hasta el 30 de noviembre de 1849, existió el impuesto denominado bolla de naipes, que gravaba la fabricación de cartas, que repercutía pocos ingresos a las arcas del Tesoro bueno pues, 2 maravedíes por cada baraja iban destinados a los hospitales de Madrid, 1 real eran 34 maravedíes.
Aunque existió por desgracia, una comparación un año después mucho mejor desde mi punto de vista, la Diputación provincial, la Junta de Beneficencia, y el gobierno de la provincia de Oviedo, además de tomar varias medidas, solicitaban la ayuda a través de donativos por parte de los asturianos para socorrer a ciertos concejos del Occidente asturiano, debido a que en los últimos años sufrieron mucha escasez las producciones agrícolas, y en 1852 se perdió la cosecha de patatas, que en esos momentos era uno de los principales productos de su subsistencia. En unos 5 meses se recaudaron 223.974 reales, Félix, San Martín recibió 5.300 reales, aunque también le llegaron otros 3.783, de un curioso donativo, procedía de una donación del Tesoro Público de España, pero las Diputaciones provinciales tenían que proponer los medios y el tiempo de reintegrar al Tesoro la donación de esas anticipaciones.
Otro comparativo del donativo, lo podíamos encontrar en una multa, la situación no mejoró y se amplió el hambre al resto de la provincia, y debido a las actuaciones del Gobierno y del Gobernador civil, Juan de los Santos y Méndez, que en Asturias se le apodó “El Ferre” (En asturiano ave de rapiña, azor),y que culminó con la petición de adelanto de contribuciones, lo que provocó en forma de queja, la publicación en el periódico  El Industrial el 22 de junio de 1854, de lo que se conocerá como el Manifiesto del Hambre, que firmó el Marqués de Camposagrado, José María Bernaldo de Quiros y Llanes, y que entre otras sanciones fue multado con 20.000 reales por delito de imprenta. La situación estaba revuelta en aquel momento en España, en los últimos días de junio se produce un levantamiento militar, que se conocerá como la Vicalvarada, y la noche del 17 julio Madrid se llena de disturbios y barricadas, en los siguientes días fue esencial la figura de un asturiano, el natural de Gijón, Don Evaristo, nombre que durante el s. XIX llevara la calle que Madrid le concede, esa calle sigue existiendo hoy, pero se menciona con nombre y apellido, Evaristo San Miguel, lo que es una breve muestra la influencia que en gran parte del siglo XIX, los asturianos tuvieron en Madrid y en la política del país.
En 1852, la riqueza de San Martín de Oscos eran 145.584 reales, con una contribución 22.628 reales 27 maravedíes; como contribución industrial y comercio, solo aportaban 115 reales y 4 maravedíes, solo había un ventero de vino, un ventero de aguardiente, un herrero de clavo, un rematante de vino, un rematante de aguardiente, un rematante de arbitrios municipales.  


En 1863, un mozo del Hospital General de Madrid ganaba 60 reales/mes

Tenemos que recordar que estamos hablando de una España principalmente agrícola, aunque se habían iniciado la explotación del carbón piedra (como se llamaba al carbón en aquellos momentos para diferenciarlo del vegetal), en Madrid el que se vendía para cocinar y calentar las casas era vegetal procedente de los montes de Toledo, Cuenca y cercanos a Madrid; las líneas ferroviarias mínimas, el ferrocarril de Langreo (Asturias) para sacar el carbón de la cuenca del Nalón al puerto de Gijón, empezó el servicio entre Sama de Langreo y Gijón en 1856. Por lo tanto, cualquier problema en las cosechas producía graves penalidades, como la contada del Occidente Asturiano, que no solo afectó a esa parte de Asturias sino también a las provincias de Galicia, y en su caso con el agravante de que a finales de 1853, llegaba a Vigo (Pontevedra – Galicia) un buque-vapor procedente de La Habana portador de pasajeros con cólera morbo, algunos de los cuales ya habían fallecido en la travesía. El cólera fue una de las grandes epidemias que se sufrieron en el s. XIX en el mundo, no solo España se vio invadida por la enfermedad, también ocurrió por ejemplo en Londres, y allí surgen las figuras del médico anestesiólogo John Snow (Yorkshire, 15/03/1813 – Londres 16/06/1858) y del sacerdote Henry Whitehead (Ramsgate 22/09/1825 – Lanercost, 05/03/1896). El médico se dio cuenta que enfermaban aquellas personas que usaban agua de determinadas fuentes, conclusión a la que también llega a darse cuenta el sacerdote, el médico trazó un mapa con las fuentes que habían producido cólera, determinando que la enfermedad se transmitía a través de aguas contaminadas. Hay que recordar que los saneamientos y suministros de agua eran muy deficitarios en aquellos tiempos, en las casas y en las ciudades. Pero no será hasta 1866 cuando se acepte unánimemente la teoría de Snow. En 1849, la Junta municipal de Beneficencia de Madrid, de la que dependía el Hospital General, aprobó unas medidas que debían tomarse en el caso de que el cólera invadiera Madrid, la primera era “Recomienda el escrupuloso examen de los alimentos y bebidas que se consumen en esta Corte, la limpieza de sus calles, plazas, pozos, etc., con más escrupulosidad que de ordenanza se hace.”. Félix no sé si lo supiste, en un balneario que había en el Occidente de Asturias, en Prelo (Boal - Asturias), su director, José Rodríguez Trabanco, publicó aquel 1854 un opúsculo en el que determinaba cual era la causa del cólera, en su opinión dicha causa es gaseiforme, es decir, es un gas, de las emanaciones de plantas del género strychnos, y que se contagiaba de individuo a individuo.
El 23 de setiembre de 1854, en el Hospital General de Madrid, ingresaba a la una y media de la tarde, un varón, de edad 32 años, de temperamento sanguíneo, que había cenado la noche anterior un poco de cocido frío y bebido un poco de vino, fue ingresado en la sala Santa Leocadia, en la cama 6, tenía frío intenso, dolores abdominales, ansiedad epigástrica, vómitos, diarrea, a la una de la noche falleció, era mozo del propio Hospital, donde estaba encargado del lavado de las ropas procedentes de las enfermerías, natural de Cangas de Onis (Asturias), su nombre era Francisco de Diego. 

Bibliografía: Hemeroteca Nacional de España; Gaceta de Madrid, Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo,  Las nueve vidas de la casa de la Fuente de Riodecoba, Rosendo María López Castrillón – Juaco López Álvarez; Asturianos en Madrid, los oficios de las clases populares, Juan Jiménez Mancha; Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz; Evaristo San Miguel la moderación de un exaltado - Honorio Feito Rodríguez; Padrones de Calle Hita del concejo de Grado 1815 y 1824; Libro de bautizados de San Martín de Oscos (1804-1824); El nuevo sistema legal de pesas y medidas puesto al alcance de todos, Melitón Martín, 1852; https://caminandopormadrid.com/el-portillo-de-fuencarra; Hospital de la Princesa 1851-2006 - Josefa Rivera Donoso; Crónica de los Hospitales, periódico oficial de la facultad de medicina, cirugía y farmacia del general de Madrid, 1853,1854; El mapa fantasma, la epidemia que cambió la ciencia, las ciudades y el mundo moderno -  Steven Johnson; Diario de Sesiones del Congreso y Senado de España; Reglamento Interior del Hospital General de Madrid, 1863; Diccionario General de la Lengua Asturiana; Memoria histórica del cólera-morbo asiático en España, Volumen 1 - Mariano González de Sámano; Estadísticas históricas de España s. XIX – XX, coordinadores Albert Carreras y Xavier Tafunell – Fundación BBVA.


It was quarter past eight at night, in Atocha street in Madrid, in front of the San Carlos Surgery College, as a good November 26th, most of the day had been cloudy, the wind had blown from the Sierra, that north wind that made the thermometer drop below 6º C (42.8 ºF), and it had been almost four hours since sunset, the lighting was dim despite the new reverberators, which four years ago had been installed as new street lighting, were not powerful enough to prevent concealment of the ill-intentioned, as evidenced by the publication of the City Council, in which he asked the owners of buildings with dark entrance doors, most of them, to paint them white; probably on his way home, was at that point, Felix Alvarez.
Felix, Asturian, was born in Ventosa; in Asturias there are two Ventosas, one is one of many villages located on the peaks of the mountains of Western Asturias, in San Martin de Oscos, perhaps you used the bridle path that in winter was almost impassable that went from Lugo to Oviedo and then by Pajares, although to go to the capital of Spain, perhaps because it was shorter, you went to Cangas del Narcea, and took the bridle path that through the Leitariegos pass led to León, but I have not seen you among the baptized of the parish of San Martín de Oscos to which Ventosa belongs; and the other Ventosa is village and parish, in the lands of Candamo, also on a hill near the port of the Reigada (which separates Candamo and Illas), and perhaps in this case you used the route to go to Madrid by Pajares, or maybe you decided to go to the nearby bridge of Peñaflor (Grado) and start there the route by the old way of the Mesa, which led to Astorga and that the Romans made important way, and that Astures already used. I don't know if you remember, but in the years 1815 and 1824, it was ordered to make some censuses called "padrones de calle hita", in this case of the Council of Grado, since at that time the lands of Candamo were not council, they belonged to Grado, in those collected in the parish of Ventosa, did not appear any male Álvarez who had a son named Felix.
You were one of so many Asturians who had set out for the Court (Madrid), the departure for America was not yet so deeply rooted in Asturias, it was the year 1839. Some went to obtain sustenance, and others to obtain a few reales to return and take charge of the family home. It seems that Felix was one of the first, he was married, from this I deduce that the couple lived in Madrid, although it was not strange to have left his wife in Asturias, but that used to happen more with some who went to America, with those who went to Madrid and returned to the village, some Asturian parish priests, in the marriage entry specified that in addition to the respective proclamations that were made in the parishes of the bride and groom, the groom had been in the Court. Who knows, if it was the case, as told by journalist Antonio Flores, of an Asturian who went to Madrid as a young man, along the way he went begging for alms and with his shoes on his shoulder, once there, he learned the trade of his uncle, a water carrier, made some money and returned to the village to buy some cows, get married and return to his business in Madrid, leaving her in the village. Not only did he carry water to some houses, he was in charge of shopping, he also took leftover food, part of it he ate unheated and the rest he sold to other countrymen and even to bodegones; As if that were not enough, when Madrid was still asleep, the water carriers had the keys to half of the houses to fill the jars, and there was never a robbery, neither attempted, nor consented by them, that says Antonio, he added that they were hard of hearing, to go with water to the sound of fire by the bells, and finally said that the industry of the sisa was an original seal of the Asturians, which he sums it up in buy cheap and sell expensive. The Asturians did not have a good press, one of the causes were the habitual altercations between Asturians, for example, in the fountains of Madrid, since most of the water carriers were Asturians, and fights between them were not rare, although in some occasion the press took pity on them before some rumor that ran through the streets:

La Nación (Madrid), July 03, 1851
Exploitation. It seems that some plumbers steal the water from the fountains from which the water carriers supply their water, with the pious purpose of forcing them to go to some tanks that they monopolize exclusively. The water carriers who cannot serve their parish with accuracy for this reason, are forced to give the plumbers two or more quarts for each bucket, or else they fail to serve, which for them and for the public would be a shame. We hope that the agents of the authority will try to find out a scandalous fact that we do not hesitate to qualify as theft, since the plumbers in question take from the unhappy Asturians a third part of the product of their work.

La Nación (Madrid), July 04, 1851
Zero and are two. We insist on calling the attention of the authorities to the abuses of the plumbers who remove water from the public fountains. It has been a few days that the water that is drunk has a nauseating and unbearable taste; this comes from the fact that the water carriers, who do not want to share the product of their work with industrious vagabonds, have to go to the wells and wells to get out of their commitments to the public at the expense of the public's health. We plan to address a daily homily to the agents of authority, if a corrective is not soon applied to this scandal.

The water carriers were fundamental elements in those nineteenth-century cities, where sanitation was scarce, and the bringing of water to the houses was almost nonexistent, it was an office that was obtained by buying the place either to the City Council or well to a previous water carrier. In Madrid, the Isabel II Canal was created by R.D. of June 18, 1851.
There were other professions to which Asturians in Madrid were dedicated, apart from politicians, deputies even for constituencies outside the province of Oviedo, it was a time of great influence of Asturians in national politics, reaching several to ministers, this also led to the arrival in Madrid of Asturians seeking a position in the administration of the State, something that produced criticism from a part of the Madrid press. But most of them dedicated themselves to more common tasks, serenos, housekeepers, wet nurse, coachmen, speaking of the latter, the correspondent in La Coruña of El Español said this in October 1845, ".... You should know, then, and everyone should know, that the waiters of straw and barley, that is to say, who are called  of straw and barley, do not believe that these waiters are made of straw and barley; the of string, the coachmen and the water carriers in Madrid, are not Galicians, but Asturians, yes gentlemen, Asturians. Or do you believe that all the sons of Asturias are in the ministries in the offices of the nation? Well no gentlemen, it is not so, because even though it is a province that can shelter under the shadow of a mushroom, it has many people and gives for everything. Take the trouble to make inquiries on this matter, and you will be convinced of the accuracy of this, and that the classic land of the water carriers and troupe is Asturias ....".
Well, those Asturians, in that Madrid, surely missed from time to time a good pair of madreñas. Not all were good streets, an example was the street of the fish, through which passed a stream, that when heavy rains occurred, a boat was needed to cross it, in those times the Asturians tried to make money, making a wooden pontoon, and charging to cross the pontoon to 8 maravedíes (1 real was 34 maravedíes, 1 peseta 4 reales), when passers-by refused to pay, what did the Asturians?, they removed the pontoon and to wait for the waters to go down. Or they could also want to use madreñas, when they went to the place of recreation par excellence of the Asturians in the villa y corte (Madrid), the grove of the Virgen del Puerto, on the banks of the Manzanares River; where some went with the intention of bathing in waters that some newspapers described as more muddy than clear, to get there you had to go down some stairs from the Campo del Moro. Stairs that most of the time were impassable. The influx was numerous every September 8, accompanied by bagpipers. Who knows if Queen Isabel II, leaned out of a window of the Royal Palace, to listen to them. What was already almost a tradition is that at the end of the party there were blows with sticks, the chronicles of the time, referred that the beginning of the fight was due to the exaltation of the councils of origin of each group of young people.
Who knows? Who knows if young Felix, who was 24 years old, attended or participated in any of those fights; What is clear is that that day in November he received the blows with sticks, by another mozo Francisco de Diego, without mediating any word, the good thing is that they were just across the street from their place of work, since the Colegio de San Carlos had moved a few years ago next to the Hospital and used some of its rooms, with not a few controversies between the two establishments; they were waiters in the General Hospital; What was the function of a waiter in a hospital? To bring to the wards the necessary utensils, water, food, medicines, to help the interns and obregon brothers to lift the sick to clean them, to make their beds, to vary their postures, to take care of the sweeping and cleaning of the wards, to take corpses to the morgue, mechanical work, to help the teachers. Felix suffered 2 wounds after receiving 4 sticks in the head and right arm, Felix was admitted to bed number 2 in the San Jose ward.

View of Atocha Street taken from the Astronomical Observatory of the Retiro. 1857. National Library

Alvarez was one of the 17,943 patients that the hospital treated between December 1, 1938 - November 30, 1839, 10 years later the number of patients treated was 3,479 less, although the mortality of the establishment increased a few tenths. The General was the largest hospital in Madrid, not the only one, there was also the San Juan de Dios, Santa Isabel, the Saladero, and there was another one, the Hospital de incurables de Jesus Nazareno, which was not a hospital in use, in fact it was dedicated to people without means of subsistence, who were crippled, crippled, unable to manage alone, with diseases of the incurable class in those times, and admitted patients from other provinces of the country. The military did not have a specific hospital in Madrid until 1841, thanks to the initiative of the Captain General, who was born in Gijón, Asturias, Evaristo Fernández-San Miguel.
The situation of health care in Madrid changed on December 20, 1851, with the birth of the Princess of Asturias, Maria Isabel. On February 2, 1852, as tradition dictates, she was to be presented before the Virgin of Atocha, but when the Queen left the royal chapel to go to church, she suffered an assassination attempt by a priest. A few days later, a Royal Decree was published in which the Queen told the government: “….Prostrate before the Divine Providence for its protection and infinite favors, my heart is moved by the demonstrations of love and loyalty that I receive at every moment from my subjects. These demonstrations, however, could be concentrated in an object that would symbolize in a permanent way the religious and beneficent character of the Spaniards. To this end, I wish that the Government take the initiative to open a voluntary subscription whose proceeds will be used to build one or more hospitals in commemoration of the birth of my beloved daughter….”, in the articles it was specified that the donations would be destined to the construction of a hospital in Madrid or its outskirts, it would bear the name of Hospital de la Princesa, and if after it was built there was still money left over from the donations, it was to be used in the construction of 3 other hospitals. The intention was to replace the General Hospital; a few days later, Andrés de Arango donated 15,000 square feet (+- 1,165 m2) in the Chamberi neighborhood, and the Queen laid the first stone on January 16, 1853, at the exit of the Portillo de Fuencarral, which was in the current San Bernardo Street - Glorieta de Ruíz Giménez. It was not the first attempt to honor a Princess of Asturias with an establishment of this type, in 1833 when the Queen herself, Isabel II, was sworn in, a municipality of Mallorca, Sineu, laid the first stone to a building that would be called Hospicio y Hospital de la Princesa (Hospice and Hospital of the Princess). Already at that time it was not believed in the execution of other 3 hospitals, it was seen as a gigantic project.
By that time almost all the donations from the different provinces had been collected, and among them those from the province of Oviedo (this was the name Asturias received in the territorial division of Spain), we could say that it was in the average level of contributions, the final figure that Asturias seems to have contributed was 33,292 reales and 14 maravedíes, after reviewing the bulletins of the province, where the different donations were published, the sum I obtained was 28,979 reales and 20 maravedíes. The Asturian generosity was from all the councils of Asturias, in those days the province was divided into 77 (today there are 78, some disappeared Tudela, Ribera de Abajo, Leitariegos; and others were born Degaña, Peñamellera was divided into Alta and Baja, Tapia de Casariego, Villayón); Felix, Candamo contributed between the City Council and individuals 148 reals, San Martin contributed despite being small and poor, it is true that no individual appears among the donors, only his City Council as an institution, donated 100 reals, which we can say was the flat rate of the Asturian City Halls, without counting the contributions of mayors, councilors, employees in a private capacity, most of the donations were made by men, the largest private donation was the Governor, Miguel Vereterra y Carreño (Marquis of Gastañaga) with 1,000 reales, among the women, the largest was that of Juana Antayo Heredia (Marquesa de Vista Alegre) with 100 reales; although there is a special case, that of the Tobacco Factory of Gijón, where almost all the staff were women, contributing 136 reales and 4 maravedíes, 17% of the women's contribution. The normal contribution by Asturians was 2 reales. Félix, Cangas de Onis which caused you some pain, contributed 478 reales.
The hospital was inaugurated on April 23, 1857, not without some controversy in its construction as reflected in the Malaga doctor and politician Manuel Casado, at first the City Council of the capital, demanded a value for land ceded, and meant some decrease in resources for its construction; the architect deviated somewhat from the medical criteria in its implementation, it was a two-storey building and had to find a system to raise the stretchers from one to another because the stairs were narrow, for certain stairs and corridors was used as an element of wood construction. At that time, hospitals consisted of large rooms where patients were concentrated. According to Casado, 30 beds per lounge with a separation of about 0.8 m., For him this was totally insufficient; these lounges had large windows, in the case of the Princesa, about 15, which were too large for the doctor and would make it difficult to maintain the right temperature in winter; the doctor was surprised that a room had been made for the male nurses inside the rooms, he was in favor that the male nurse could and should sleep with the patients; we must remember that this work at that time was for men, the female participation was born in those years in the Crimean War, although in the hospitals if there were female staff, it was the Sisters of Charity. Although it is surprising, the malegueño says that “In vain have we searched for a room conveniently arranged and located for the operating room; in vain would we try to recognize today, because of its location and shape, the one that is to be used for bathrooms. The architect seems to have forgotten the same thing, he has chosen a fairly large one, and with enough light for the first object, in which he has made a division, assigning one part to the operations, and placing in the other a nice shelf to keep the instruments...”; he also complained about the small morgue and that they seemed to have forgotten to add an autopsy room to it.
The beds were made of charolado iron, unpainted, with a locker at the headboard and a movable, closed curtains; there was a first auction for the construction of 300 beds. Accompanied by another public auction to supply 13,803 kg. of white wool for the mattresses.
When Casado wrote about the hospital, it was still a year before its Royal inauguration, but the hospital received patients before the inauguration. The patients who were admitted on that day were lucky, because 20,000 reales, donated by the Queen, were distributed among them and their families.
Hospitals were mainly intended for people with less resources, which was a great majority of the population, the rest of the population used to have their treatments and cures at home. We are talking about the medicine of the mid-nineteenth century, and depended in most cases of Charity Boards, either municipal or provincial.
The charity board in charge of its construction published at the beginning of March 1857 that 5,804,020 reales and 10 maravedies had been needed and 5,810,570 reales and 3 maravedies had been collected, the surplus for other hospitals was not much.

Hospital de la Princesa. National Library

Were all these figures a lot of money?, the budget of Expenses of the Kingdom of Spain in 1857, was 1,803,300,592 reals and the income of 1,807,631,400 reals, within the expenses there was an item in the section of material within Charity, for establishments of Madrid 2,680,243 reales.
To compare if the Asturian donation was important, let's give some more data, with that figure the Provincial Hospital of Oviedo could pay about 7 months the salaries of the staff, Felix I know you did not hear about this hospital when you lived in Asturias, but it was created in 1837 replacing three previous ones, it occupied the building of the former convent of San Francisco, those who know Oviedo, was located in the lower part of the park of San Francisco, opposite the Escandalera square, at the beginning of Uría street and next to the current Parliament of Asturias, which was where the Gothic church of the convent was; this establishment was fed by the collection of the stays of the sick, income both in grain and in money from farms that it owned and had scattered throughout Asturias; Just to give us an idea, in 1853 it put up for auction the lease of houses, farms, juguerias (a type of plot of land in Asturias that had a special lease), horreos, paneras in the councils of Oviedo, Gijón, Llanera, Carreño, Corvera, Grado, Morcin, Nava, Ribera de Arriba, Ribera de Abajo, Salas, Sariego, Siero, Tudela and Valdés; also from the sale of said grain, from the payment received for censuses, which were contracts that gave the right to receive an annual pension, donations, bequests, alms. Félix, in Asturias, there were no bullfights whose profits were dedicated, as in Madrid, to your General Hospital, I don't know if you were much of a card player, whether you liked it or not, a small part of the card making paid your salary, Until November 30, 1849, there was a tax called bolla de naipes, which taxed the manufacture of cards, which had little income to the coffers of the Treasury, well, 2 maravedíes for each deck of cards went to the hospitals of Madrid, 1 real was 34 maravedíes.
Although there was unfortunately a comparison a year later, much better from my point of view, the Provincial Council, the Junta de Beneficencia, and the government of the province of Oviedo, in addition to taking several measures, requested help through donations from Asturians to help certain councils of Western Asturias, because in recent years they suffered great shortage in agricultural production, and in 1852 the potato crop was lost, which at that time was one of the main products of their livelihood. In about 5 months 223,974 reales were collected, Félix, San Martín received 5,300 reales, although another 3,783 reales also came to him, from a curious donation, it came from a donation of the Public Treasury of Spain, but the Provincial Councils had to propose the means and time to reimburse the Treasury the donation of these advances.
Another comparative of the donation, we could find it in a fine, the situation did not improve and the hunger was extended to the rest of the province, and due to the actions of the Government and the civil Governor, Juan de los Santos y Méndez, who in Asturias was nicknamed "El Ferre" (In Asturian bird of prey, goshawk), and which culminated with the request for an advance on taxes, which provoked, in the form of a complaint, the publication in the newspaper El Industrial on June 22, 1854, of what will be known as the Manifiesto del Hambre (Hunger Manifiesto), signed by the Marquis of Camposagrado, José María Bernaldo de Quiros y Llanes, who, among other sanctions, was fined 20,000 reales for the crime of printing. The situation was in turmoil at that time in Spain, in the last days of June there was a military uprising, which became known as the Vicalvarada, and the night of July 17 Madrid was filled with riots and barricades, in the following days was essential the figure of an Asturian, the native of Gijón, Don Evaristo, name that during the 19th century was given to the street that Madrid granted him, this street still exists today, but it is mentioned with name and surname, Evaristo San Miguel, which is a brief example of the influence that Asturians had in Madrid and in the politics of the country during a large part of the 19th century.
In 1852, the wealth of San Martín de Oscos was 145,584 reales, with a contribution of 22,628 reales and 27 maravedíes; as industrial and commercial contribution, they only contributed 115 reales and 4 maravedíes, there was only one wine merchant, one liquor merchant, one nail smith, one wine auctioneer, one liquor auctioneer, and one municipal tax auctioneer.

In 1863, a mozo of the General Hospital of Madrid won 60 reales/month

We have to remember that we are talking about a mainly agricultural Spain, although the exploitation of stone coal (as coal was called at that time to differentiate it from vegetable coal) had begun, in Madrid the coal sold for cooking and heating houses was vegetable coal from the forests of Toledo, Cuenca and near Madrid; the railway lines were minimal, the railroad of Langreo (Asturias) to take coal from the Nalón basin to the harbour of Gijón, began service between Sama de Langreo and Gijón in 1856. Therefore, any problem in the harvests produced serious penalties, as the one of Western Asturias told here, which not only affected that part of Asturias but also the provinces of Galicia, and in its case with the aggravating factor that at the end of 1853, a steamship from Havana arrived in Vigo (Pontevedra - Galicia) carrying passengers with morbid cholera, some of whom had already died on the crossing. Cholera was one of the great epidemics suffered in the 19th century in the world, not only Spain was invaded by the disease, it also happened for example in London, and there arise the figures of the anesthesiologist doctor John Snow (Yorkshire, March 15, 1813 - London June 16, 1858) and the priest Henry Whitehead (Ramsgate September 22, 1825 - Lanercost, March 05, 1896). The doctor realized that those people who used water from certain sources became ill, conclusion to which the priest also came to realize, the doctor drew a map with the sources that had produced cholera, determining that the disease was transmitted through contaminated water. It should be remembered that sanitation and water supplies were very deficient in those days, in homes and in cities. But it was not until 1866 that Snow's theory was unanimously accepted. In 1849, the Municipal Board of Charity of Madrid, on which the General Hospital depended, approved some measures to be taken in the event that cholera invaded Madrid, the first was "Recommends the scrupulous examination of food and drink consumed in this Court, the cleanliness of its streets, squares, wells, etc., with more scrupulousness that the ordinance establishes". Felix I do not know if you knew it, in a spa that was in the West of Asturias, in Prelo (Boal - Asturias), its director, Jose Rodriguez Trabanco, published that 1854 a booklet in which he determined what was the cause of cholera, in his opinion that cause is gaseiform, that is, it is a gas, from the emanations of plants of the genus strychnos, and that it was contagious from individual to individual.
On September 23, 1854, in the General Hospital of Madrid, at half past one in the afternoon, a man, aged 32 years, of sanguine temperament, who had dined the night before a little cold cooked and drank a little wine, he was admitted to the Santa Leocadia ward, in bed 6, He had intense cold, abdominal pains, epigastric anxiety, vomiting, diarrhea, at one o'clock at night he died, he was mozo of the Hospital itself, where he was in charge of washing the clothes coming from the infirmaries, a native of Cangas de Onis (Asturias), his name was Francisco de Diego.

Bibliography: Hemeroteca Nacional de España; Gaceta de Madrid, Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo,  Las nueve vidas de la casa de la Fuente de Riodecoba, Rosendo María López Castrillón – Juaco López Álvarez; Asturianos en Madrid, los oficios de las clases populares, Juan Jiménez Mancha; Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz; Evaristo San Miguel la moderación de un exaltado - Honorio Feito Rodríguez; Padrones de Calle Hita del concejo de Grado 1815 y 1824; Libro de bautizados de San Martín de Oscos (1804-1824); El nuevo sistema legal de pesas y medidas puesto al alcance de todos, Melitón Martín, 1852; https://caminandopormadrid.com/el-portillo-de-fuencarra; Hospital de la Princesa 1851-2006 - Josefa Rivera Donoso; Crónica de los Hospitales, periódico oficial de la facultad de medicina, cirugía y farmacia del general de Madrid, 1853,1854; The ghost map: The story of London’s most terrifying epidemic -  Steven Johnson; Diario de Sesiones del Congreso y Senado de España; Reglamento Interior del Hospital General de Madrid, 1863; Diccionario General de la Lengua Asturiana; Memoria histórica del cólera-morbo asiático en España, Volumen 1 - Mariano González de Sámano; Estadísticas históricas de España s. XIX – XX, coordinadores Albert Carreras y Xavier Tafunell – Fundación BBVA.


11 comentarios:

  1. Pero esto ya casi es una novela de investigación histórica, no sólo sabemos de los (des)encuentros de Felix y Francisco, sino de la sanidad española en el siglo XIX y cómo se financiaba! Es un trabajo estupendo para conocer la época y lo poco que podían hacer esos jóvenes asturianos con sus reales. Gracias!

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  2. José, brindas una ventana a las prioridades de la gente en otra época. Es asombrosa la diferencia de pensamiento entre la gente de entonces y la gente de hoy. Como siempre, tu escritura está pintada con todo lujo de detalles.

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  3. Sr José. Tendría usted un mail para escribirle. ? Gracias

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    1. Lo único que me envíes tu email como comentario y como tengo que revisar antes de que se publiquen, yo te escribiría y como entenderás no lo haría público, tampoco sé si te podré ayudar si es algo relacionado con este post del blog.

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    2. Muy amable en responder José. Es para una amiga que encontró datos de sus familiares en un artículo publicado. Ya le digo que deje un comentario así usted puede contactarse con ella. Muchísimas gracias

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    3. Pues esperare, no sé si tendrá que ver con este post, o con los del listado de prófugos de quintas. Ya veremos si puedo ayudar de alguna forma a tu amiga.

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    4. Adriana supongo que su amiga resolvió las dudas que tenía, porque he revisado y no he encontrado ningún comentario. Me alegro.

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  4. Excelente que personas como ustedes investiguen como se vivió y lo den a conocer de manera tan amena ,gracias

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