Un diario asturiano de finales del s. XIX, nos premia con dos columnas en dos días en que un firmante como J. N. S. nos cuenta como se celebraba la Semana Santa no solo ese año, sino que nos lleva a tiempos lejanos.
Aquel año se recuperaba la Semana Santa, después de un año sin celebrarse, gracias a los esfuerzos principalmente de José Moutas y con la existencia de la Cofradías o Hermandades del Sagrado Corazón de Jesús, la de Hijas de María y Amor Hermoso. El Jueves Santo se celebró la procesión del Encuentro en la plazuela. El Viernes Santo a las 6 de la mañana en la iglesia se recordó la Pasión, a las 3 de la tarde salió la procesión de la iglesia con las imágenes de la Santísima Virgen de los Dolores y San Juan hasta la plazuela donde había un tablado donde ya estaba el crucificado, y después se comenzó el ejercicio, concluido el acto siguió la procesión del Santo Entierro. El Sábado Santo reservado a las mujeres, acompañando con velas encendidas a la Virgen de los Dolores. El Domingo de Resurrección sale en procesión el Santísimo Sacramento, volviendo a la iglesia donde se oficia y canta la misa.
Pero quizás, lo más interesante del relato es cuando nos lleva a siglos anteriores y habla de las Hermandades y Cofradías así la Cofradía del Santísimo Sacramento instituida canónicamente en el año de 1554 por el R. P. Fr. Pedro de Álvarez, de la Orden de Santo Domingo, siendo capellán propio de la iglesia de la villa D. Pero Juan Fernández. La Cofradía del Santísimo Rosario, fundada en 1560, y revalidada en virtud de una Bula de Inocencio XI y constituciones aprobadas en 15 de Julio de 1695, por Fray Juan Tomás Bojadores, Maestro general de la Orden de Predicadores, autorizando para ello en 22 de Septiembre de 1758, al R. P. Presentado Fr. Nicolás de Palacio, Notario Apostólico, siendo entonces párroco el Presbítero D. Luis Menéndez. La Cofradía de la Animas fundada en el año 1702 con un primer documento un acuerdo de 8 de Diciembre de 1713. La más insigne es la Cofradía del Carmen, fundada en 13 de Noviembre de 1776 según letras del R. P. General de la Orden de Carmelitas descalzos de la primitiva observancia Fr. Francisco de la Presentación al R. P. Fr. Atanasio Fernández, de la Orden de Predicadores en el Convento de Santo Domingo de Oviedo, por los tesoros que poseía, según consta en el libro de su fundación y constituciones, varias reliquias de Santos y entre otras un pomito que contiene una Santa Espina de la corona de Nuestro Señor y un pedacito del madero de la Cruz; así consta en un documento, que autorizaba la exposición y veneración de estas preciosas reliquias, extendido y firmado por el Presbítero Secretario de Cámara del Obispado Señor Dr. D. Domingo Enrique de Puertas, pero ya J. N. S. nos dice que en aquellas fechas ya no estaban, ni se sabía de ellas nada más que los datos que aportaban los archivos. (En Santo Toribio de Liébana (Cantabria) se guarda el trozo más grande de la Cruz; y en París desde 1239 existe la Corona de Espinas de Cristo, había sido comprada por Luis IX al emperador latino de Bizancio, y se depositó en la capilla Sainte Chapelle en el Palacio Real, mandada construir por el Rey para ello, con otras reliquias adquiridas, hoy se conserva en Notre Dame, aunque trozos de Cruz y Espinas sueltas se veneran por distintos lugares del mundo). La Tercera Orden de Penitencia a la que parece ser son debidos los ejercicios y pasos en Grado (Asturias), aparece fundada y establecida canónicamente, por el R. P. Fr. Diego Velázquez de la Orden del Seráfico P. S. Francisco del Colegio de Misioneros de Nuestra Señora de la Oliva, provincia de Castilla, Arzobispado de Toledo, en 2 de Diciembre de 1790, en cuya época dio misiones en Grado el P. Fr. Diego, según el libro de la fundación y constituciones.
Esta entrada me la publicó el diario asturiano La Nueva España el 23/03/2016 en cartas al director página 60, a los habitantes de Grado (Asturias) se les llama moscones.
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